En la primera carrera de Australia ya hemos visto las consecuencias de la regla del 107%. La escudería española Hispania Racing se quedó sin poder correr en la jornada del domingo por no haber superado el 107% del mejor tiempo en la Q 1 (marcado por Sebastian Vettel, que luego hizo la pole y ganó la carrera). Se habló de un posible perdón, del deseo de la FOTA para que la regla perdiera efecto en el primer gran premio. La propia escudería lo demandó, pero los comisarios hicieron caso omiso y ni Liuzzi ni Karthikeyan fueron de la partida.
La regla del 107% tuvo su sentido en otras épocas de este deporte. Ahora no. Hablo de, por ejemplo, el año 2000, cuando la jornada de calificación duraba una hora y en ella los pilotos podían dar un número ilimitado de vueltas para calificar. Si en una hora no superas el 107% quizás realmente no merezcas participar en la carrera, e incluso quizás seas un verdadero peligro para el resto de coches. Pero ahora es algo totalmente injusto.
Quizás lo de Hispania fuera un castigo merecido. No lo digo yo, lo dirán otros. No se ha hecho del todo bien el trabajo y no dio tiempo a llegar a la primera carrera en condiciones óptimas. Pero ¿no es la prohibición de correr si no un impedimento a que sigan acumulando experiencia y desarrollen el monoplaza? Creo que sí.
Se darán situaciones en las que un mínimo error en la Q 1 o fallo de estrategia impidan alcanzar el 107%. Sé que existe la opción de otorgar perdón en casos especiales, pero entonces se abrirán las comparaciones, los reproches y los equipos que hayan sido castigados (de momento Hispania) pedirán cuentas a la FIA. La regla estaba bien antes. Con este modelo de calificación no. Ahora no.
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