lunes, 11 de abril de 2011

GP Malasia (F1)

En este post desvelaré las conclusiones extraídas de la carrera de Malasia que acabamos de vivir. Hay mucho talento en la Fórmula 1 actual, y las reglas siguen cuajando para crear espectáculo. Más allá de la victoria de Vettel, que fue el único que no le dio emoción al domingo, el resto fue un baile continuo de cambios de posiciones e interés dignos de admirar. Hay gente que no comparte esta visión, pero a mí me resultó muy divertida la carrera. Es época para disfrutar.

No obstante, no me gustó nada la decisión de los comisarios de sancionar la maniobra entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso. No le veo lógica a introducir en Fórmula 1el KERS, a inventar el alerón trasero móvil (DRS) y a crear reglas que favorezcan la diversión si a la mínima que dos pilotos ofrecen espectáculo se les sanciona. Lo que sucedió fue un lance de carrera, como tantos otros. Lo único positivo que se puede sacar de dicho castigo es que uno de los penalizados fue Hamilton -el que a mi parecer menos culpa tuvo y el único de los dos que con los 20 segundos perdía posición-. Y no me refiero que me alegre la sanción a un tremendo piloto como Lewis, si no a que eso despejará, supongo, las dudas que muchos tenían sobre tratos de favor hacia él.

Perdió en esa maniobra Fernando Alonso sus opciones a un podio que hubiera sabido a victoria, estando como están ahora mismo los equipos. Se equivocó, pecó de exceso de ambición y lo pagó. Podría haber esperado un poco más para intentarlo. Pero no hay mayor problema. También se había equivocado en la salida, pero los ferraristas han de estar orgullosos de él -y lo estamos-. Lo intentó, apostó y perdió. Pero eso que hizo, lo de luchar, es todo lo que pedimos a nuestros pilotos cuando tienen delante otro monoplaza. Y esa histórica sensación de satisfacción cuando uno de los nuestros adelanta a un Mclaren es impagable, para qué mentir. 

Y vamos con la 'Scuderia'. Paciencia. Es lógica la preocupación, incluso entiendo ciertas críticas -siempre que se hagan desde el respeto- sobre el equipo. Es frustrante empezar casi cada año con desventaja -aunque el año pasado se ganó la primera carrera-. Pero Ferrari siempre se recupera. De hecho enSepang el ritmo de carrera fue bueno. Estoy seguro que Ferrari, o Fernando Alonso, ganarán carreras. Y quizás no tarden tanto como creemos. Hay que confiar y, de momento, intentar conseguir el mayor número de puntos posibles, como está ocurriendo. Existen aspectos en los que mejorar. Por ejemplo las salidas de Alonso o las estrategias del muro. O un ejemplo mayor: el trabajo en los pit-stop. Felipe Massa hizo una excelente carrera pero el equipo se la arruinó en una de sus entradas a boxes. Fernando Alonso no pudo utilizar el alerón trasero móvil (DRS). Esas son las cosas a mejorar, pero con fe, que llegarán tiempos mejores.

Y que nadie piense que el Mundial está decidido, diga lo que diga Briatore. Si a estas alturas tenemos que fiarnos del bueno de Flavio, mal vamos. Claro que a todos nos gustaría que nuestro piloto estuviera como está Vettel, con ese monoplaza que parece invencible. Pero el Mundial es muy largo y alguno como Mclaren ya ha demostrado que se puede estar muy cerca y darles caza. Sin abandonar la visión realista, claro está: Red Bull ha hecho muy bien su trabajo, y trata de mejorarlo día a día. Increíbles son sus cambios de neumáticos al paso por boxes, rapidísimos, fugaces. La imagen del final de carrera con el abrazo que Vettel le dio a Newey -GENIO- vale más que mil palabras. Los aficionados y trabajadores de esa escudería deberían abrazar a Newey y hasta comérsele a besos si hiciera falta. Ha vuelto a hacer otra obra de arte en forma de coche.

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