La segunda y tercera carrera de la temporada 2011 de Fórmula 1 se disputaron en dos semanas consecutivas. No hubo tiempo de digerir la de Malasia, cuando llegó la de China. Habrá quien pueda pensar que eso es lo ideal, carreras y más carreras, pero en cierto modo a mí me desgasta tener competición cada fin de semana. Claro que está la temporada con tanta emoción y carreras tan entretenidas que no me importaría para nada que siempre fuer así. Amo la Fórmula 1 y por ello cada gran premio es motivo de alegría.
La ausencia de carreras no lo es, ni mucho menos. Este primer fin de semana de descanso ha venido bien, y más teniendo en cuenta las vacaciones de Semana Santa, y la resaca de la Copa del Rey donde el Real Madrid derrotó al Barcelona. Pero el cuerpo vuelve a pedir gasolina, goma quemada, derrapes, adelantamientos y espectáculo. Este domingo deberíamos poner la tele y encontrarnos a nuestros héroes. Pero no será así. Será nuestro segundo fin de semana consecutivo sin el Mundial de Fórmula 1, y a los que no nos gustan las motos lo notaremos demasiado.
Así pues, el ansia porque regrese la temporada aumenta, y la semana posterior se hará larga, deseando que llegue el viernes para comenzar el Gran Premio de Turquía. La última vez allí hubo lío en casa Red Bull. ¿Recuerdan? aquel accidente entre Vettel y Webber que terminó con el alemán llamando loco a su compañero y Webber creyéndose la teoría de la conspiración contra él. Este año parece que cada uno sabe su rol, y la duda se dirige ahora hacia Ferrari. Turquía dictará dará muchas pistas sobre si Ferrari está o no está para aspirar. Mientras tanto podemos hacer nuestras cuentas. Nos queda aún una semana en el desierto sin carreras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario